10-12-2018

Un ministro nacional mete la “cuchara” en la Provincia

Está claro que antes de meter la “cuchara” y desatar la tormenta eléctrica que efectivamente desató puertas adentro del PRO, el ministro de Producción y Trabajo de la Nación, el platense Dante Sica, sabía que poderosos pararrayos iban a proteger al destinatario de sus descargas.

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El director ejecutivo de ARBA, Gastón Fosatti.

Fortalecido en el gabinete nacional tras la caída de Jorge Triaca y la devaluación de Miguel Etchevehere, que quedó relegado a secretario de Agroindustria, las versiones y algunas publicaciones vinculadas al kirchnerismo sostienen que ahora Sica tiene la mira puesta sobre la Agencia de Recaudación Bonaerense (ARBA).

En ese terreno, voces cercanas a la Gobernación aseguran que sólo se trata de una puesta en escena, “fuegos artificiales que tienen la pólvora mojada”, incapaz de alcanzar el supuesto objetivo que tendría en mente el ministro de Producción.

La salida de Gastón Fossati, titular de ARBA, y su reemplazo por alguien de su riñón, que ya forma parte de la estructura del organismo recaudador bonaerense en un alto cargo jerárquico, es la jugada que le atribuyen a Sica.

En efecto, Sebastián Brusa, actual subdirector ejecutivo de Acciones Territoriales y Servicios de ARBA, una suerte de número tres en la estructura de la Agencia, sólo precedido por un jefe de gabinete y a la par de otros tres subdirectores, sería el hombre elegido por Sica para mejorar la puntería recaudadora de la Provincia, una gestión que soporta fuertes cuestionamientos desde el plano nacional.

Dante Sica 1

El ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.

La embestida de Sica contra Fossati, sin embargo, encuentra piedras en el camino. “Más que piedras son rocas”, disparó ponzoñoso un allegado a la Gobernadora. El tema es que el director ejecutivo de ARBA es un “soldado” y hombre de confianza del jefe de Gabinete, Federico Salvai. La primera piedra.

Y la segunda piedra, es la propia gobernadora, María Eugenia Vidal, que “no estaría dispuesta a entregar a Fossati. No por lo que representa Fossati, sino porque significaría una suerte de intervención de la Nación en la ‘caja’ de la Provincia”.

Vidal y Salvai, quedó claro, son los “pararrayos” de Fossati, mientras una duda se convirtió en la “frutilla del postre” de esta novela en las sombras: “¿Sica, se cortó sólo o tiene la venia de la Casa Rosada?”. Hasta ahora, sólo balas de fogueo, pero cuando río suena…