02-08-2013

Un censo detectó 1.117 ballenas en Península Valdés

El dato surge de un sobrevuelo realizado en un área de 620 kilómetros de costa, fue difundido por el Centro Nacional Patagónico

La población de cetáceos crece a una tasa del 7 por ciento anual.

La población de cetáceos crece a una tasa del 7 por ciento anual.

El último censo aéreo realizado sobre el entorno de Península Valdés, en el noreste del Chubut, arrojó la presencia de 1.117 ballenas que podrían llegar a los 1.500 ejemplares para septiembre, cuando la población está al máximo.

El dato surge del sobrevuelo realizado el fin de semana en un área estimada de 620 kilómetros de costa que incluye desde la desembocadura del río Chubut, a la altura de esta capital hasta el entorno de Península Valdés.

Esto incluye los golfos interiores Nuevo y San José, la cara externa de la península con forma de hongo que se introduce en el mar y parte del golfo San Matías, hasta el paralelo 42.

La información fue confirmada por Enrique Crespo del laboratorio de mamíferos marinos que depende del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) con sede en Puerto Madryn.

«Contamos 1.117 ballenas, pero es un número que está subestimado porque obviamente sumamos las que vemos, pero sabemos que muchas no son visualizadas», explicó.

Desde el aire se observan ballenas adultas solas, grupos de cópula, madres con sus crías y juveniles, aunque se estima que la población aumentará hasta septiembre que es la de mayor presencia.

Crespo explicó que «todavía están llegando a la zona» los ejemplares de ballena franca austral que se observan en un entorno cada vez más amplio de la península y no solamente en los golfos ya que «la población crece a una tasa del 7 por ciento anual».

El último relevamiento sorprendió porque se estima como promedio para esta época del año la presencia de entre 700 y 800 ejemplares.

Las primeras ballenas suelen verse en las costas del noreste chubutense desde marzo, mes a partir del cual va aumentando su número hasta septiembre, tras lo cual empieza a decrecer hacia diciembre y enero cuando no queda prácticamente ningún ejemplar.

«Siempre vienen a reproducirse por eso son muchos los grupos de cópula que se observan es decir 3, 4 o 5 machos alrededor de una hembra» un patrón social que es común en varias especies de mamíferos.

Los relevamientos suelen hacerse por bimestre y además del avistaje aéreo se procura también completar la tarea con embarcaciones que navegan cuadriculando los golfos para tener una estadística más exacta en la parte profunda de los golfos donde la observación desde el aire se complica.

En estos momentos, hay crías de ballenas, juveniles que no están maduros para la etapa reproductiva, machos y hembras en proceso de cópula y ballenas preñadas que llegan a parir.

«El ciclo para las hembras es un año cópula, parición al año siguiente, amamantamiento al otro y suele ocurrir un año de descanso para volver al cuarto año con la misma serie» explicó el especialista.