06-11-2016

¿Qué nos pasa a los platenses?

Por José Arteaga (*)

José Ramón Arteaga 1¿Por qué no podemos organizarnos para planificar el crecimiento de nuestra Ciudad? ¿Cómo llegamos hasta este punto? ¿Cuál es la forma indicada para revertir este presente? Seguimos acumulando más interrogantes mientras que las respuestas son escasas.

La Plata fue pensada para ser una ciudad modelo. Fue reconocida a nivel mundial por su organización y tomada como ejemplo a comienzos del siglo XX. Sin embargo, la actualidad nos posiciona muy lejos de aquellos años dorados.

A pesar de ser la capital de la Provincia más importante del país, la Ciudad fue víctima de años de desidia y falta de trabajo articulado entre los distintos sectores que conforman las fuerzas vivas del distrito. Situación que nos ha puesto frente al desafío de enfrentar una crisis económica y estructural de muy difícil solución para las generaciones futuras.

Obras inconclusas, promesas al viento y recursos desaprovechados son hoy el reflejo de la realidad que nos toca vivir. Es evidente la falta de una agenda común entre el gobierno local, dirigentes políticos, instituciones, empresas, colegios profesionales y universidades.

No es casualidad que hayamos llegado a este punto. Es lo que sucede cuando se combinan desaciertos e improvisación.

Un claro ejemplo de esto, es el hecho que hayamos tardado más de 70 años en reactivar el Puerto y, que a pesar de haberse realizado una inversión millonaria en el último tiempo, su funcionamiento todavía esté paralizado.

Mientras se agudiza el debate sobre las obras que deben realizarse para adaptar el Ferrocarril Roca a los tiempos modernos, llevamos más de 37 años discutiendo qué hacer sin llegar a una conclusión. Se sigue polemizando acerca de cuál es la forma indicada para encarar las tareas en esta área, mientras perdimos de vista que los trabajos del tren comenzaron por decisión aislada lejos de los intereses de la Ciudad y no como producto de una propuesta de nuestra dirigencia en el marco de un proyecto integral para La Plata.

Estos no son los únicos ejemplos a los que podemos hacer referencia, ya que lamentablemente La Plata está colmada de promesas que nunca llegaron a concretarse: las remodelaciones del aeropuerto, mientras seguimos siendo la única capital del país que cuenta con uno que no opera; la denominada ruta de la producción, la avenida 90, uno de los accesos a la Ciudad que aliviaría el tránsito en distintos puntos de la región, al tiempo que sería también vía de llegada al Puerto. El ensanche de la avenida 66 hasta el cruce con la ruta 36.

Y la lista sigue: podemos hablar de la terminal ferroautomotor, que comenzó a planificarse en 2002 y al día de hoy ni siquiera se logró llegar a un acuerdo; y del polo tecnológico, que en 2011 se dijo que se trataba de una medida de trabajo esencial para el futuro de los platenses y al día de hoy no es más que una idea.

Asimismo, a partir del déficit que la Ciudad tiene en materia de servicios – agua y cloacas, electricidad-, hoy colapsados por la falta sistemática de inversiones por parte de las empresas responsables, es muy difícil lograr captar el interés del sector privado para realizar inversiones genuinas que creen empleos de calidad.

Para comprobarlo, no hace falta más que recorrer las calles, ya que a solo 10 minutos de Plaza Moreno la Ciudad carece de ese servicio, con el riesgo sanitario que ello implica.

Asimismo, el déficit del servicio de tratamientos cloacales es una gran deuda de la Ciudad.

Se trata de obras que, de llevarse a cabo, le darían a La Plata una posibilidad de crecimiento sin límite alguno y devolverían a la capital bonaerense el lugar que alguna vez tuvo.

Pero el presente nos indica que la falta de una planificación urbanística tiene graves consecuencias que afectan directamente a los sectores más vulnerables de la sociedad. Tal es el caso de Villa Elvira, con una gran problemática social que conlleva a la deserción escolar y a la falta de contención de los jóvenes.

Por eso, es fundamental dejar de lado las mezquindades políticas para comenzar a trabajar juntos en beneficio de todos los platenses.

Lo cierto es que, si no podemos solucionar el problema de los baches y las veredas rotas, pensar en obras de mayor envergadura resultaría más difícil aún.

Sin embargo, no es imposible. Hace falta que hagamos sentir nuestro amor por la ciudad, coordinemos los esfuerzos para que entre todos podamos mejorar el presente.

Una ciudad que mira hacia adelante

La Ciudad debe ser pensada hacia adelante, con una matriz productiva diversificada, donde la economía no dependa exclusivamente del sector público, que cuenta en su mayoría con salarios magros. Este modelo, hoy agotado, podría dar paso a inversiones provenientes de la conjunción entre el sector público y privado.

Unas de las herramientas para impulsar un shock económico sería la conformación de sociedades público-privadas, las cuales ya fueron implementadas en otros países del mundo – incluso en la provincia de Buenos Aires-, que le permitirán al Municipio trabajar de forma conjunta con el sector privado más importantes de la región, con el objetivo de encarar obras de gran jerarquía en infraestructura para La Plata.

No podemos seguir improvisando ni perdiendo el tiempo en debates que no hacen más que entorpecer el presente. Nuestra ciudad tiene un capital humano extraordinario, universidades que son generadoras permanentes de cuadros profesionales capacitados para trabajar de manera eficaz, que en este momento no se valora como debiera.

Por ello, hace meses propusimos la integración de un Consejo Político-Económico-Social para hacer frente a los problemas de empleo e inversiones que enfrentan los platenses, con el objetivo de atravesar la transición entre las gestiones y la crisis. Pero además, como herramienta para discutir el modelo de desarrollo de nuestra ciudad.

Llegó el momento de integrar a los representantes del sector público y privado para, de una vez por todas, comenzar a transitar el camino de la prosperidad. El objetivo de todos los platenses debe ser enfocarnos en generar las bases para construir juntos el futuro de la ciudad que dejaremos a nuestros hijos. Serán ellos quienes continuarán trabajando para que la capital de la provincia de Buenos Aires vuelva a ser modelo en su organización, distribución, compromiso ciudadano y orgullo de todos los platenses.

(*) Presidente del bloque de concejales del Frente Renovador.