Por Mario Rusmando (*) – Más de 50 bodegas presentaron e hicieron degustar sus mejores productos. También hubo chocolates, frutos secos, aceites de oliva, cerezas y otras delicatesen. No faltó la cerveza artesanal. Fue una fiesta.
Organizada desde hace ocho años por Vinoteca City Bell, la feria de vinos ya es un clásico entre los eventos vínicos de la ciudad de La Plata y zona de influencia.
La idea original, agradecer a clientes y amigos de la vinoteca, reuniéndolos en un ámbito distendido donde el hedonismo es protagonista, no tuvo fisuras, todo estuvo a la altura de lo pergeñado, y ni la lluvia copiosa que cayó durante todo el día opacó la gran fiesta.
En esta octava edición, más de 50 bodegas presentaron y convidaron sus mejores productos. También hubo chocolates, frutos secos, aceites de oliva, cervezas y otras delicatesen. Entre los vinos que los había de prácticamente toda la Argentina, también se pudieron degustar caldos franceses y chilenos.
Dueños, sommeliers y representantes de cada bodega, pudieron comentar las características de sus vinos, a un público heterogéneo con relación a edad, sexo y conocimiento en la materia.
En una etapa donde el vino viene perdiendo consumo y hoy está por debajo de los 20 litros per cápita, estos eventos sirven para conquistar nuevos paladares y hacer que se enamoren definitivamente del néctar de los dioses. En cada edición de la Feria de Vinos City Bell, organizada por Vinoteca City Bell, sin temor a equivocarnos esto sucede.
El escenario fue nuevamente el resto-bar “La Reina”, que presto sus cómodas instalaciones.
Gema Eventos puso como siempre toda su experiencia para el armado del salón y la atención de los stands.
La colaboración desinteresada de amigos en la logística y por supuesto todos los auspiciantes, permitieron, el éxito de este gran evento que ya piensa en la novena edición.
(*) Periodista especializado en vinos. Jurado en concursos enológicos nacionales e internacionales. Mail: maryvinos@yahoo.com.ar