El líder del Frente Renovador atraviesas días complejos: fugas, malos resultados electorales y la urgencia de las PASO nacionales lo ponen en una encrucijada.
Tras la euforia por aquel triunfo en las elecciones legislativas de 2013, en el horizonte de Sergio Massa se asomaban solo buenas noticias: una imagen positiva que tocaba número impactantes, filas de dirigentes que hacían cola para entrar en el Frente Renovador y la fuerte posibilidad de alcanzar el Sillón de Rivadavia.
Hoy, a un año y medio de aquella performance, las cosas cambiaron demasiado. A figuras que abandonaron el massismo para volver a sus lugares de origen, se le suman encuestas que arrojan números cada vez más preocupantes, el pedido de varios de los propios de diluir la propuesta original para unirse a un frente opositor, y los resultados en los últimos comicios de las PASO provinciales que encontraron al exintendente de Tigre fuera de los primeros planos vencedores.
Los arrepentidos
El 2015 comenzó con la deserción de los jefes comunales de San Isidro, Gustavo Posse, y el de Escobar, Sandro Guzmán. El primero aun busca algún lugar dentro del PRO y el radicalismo, y el segundo retornó al Frente Para la Victoria.
A una seguidilla de reacomodamientos en los concejos deliberantes, su sumaron en los últimos días dos movimientos que también golpearon la fibra sensible del Frente Renovador: las idas de los senadores bonaerenses Baldomero “Cacho” Álvarez, y la de Alfonso Coll Areco, ambos a buscar calor cerca del gobernador Daniel Scioli.
El exintendente de Avellaneda venía amagando desde hace unas semanas y, en las últimas horas, se mostró junto al exmotonauta. “Yo a Massa lo respeto, porque es un dirigente joven e importante, con futuro. Creo que a mi juicio va a tener mucho que dar aún por la Argentina. Simplemente creo que no es su tiempo y que hoy es el tiempo de un hombre más consolidado, con más experiencia como Daniel Scioli”, señaló un pragmático Álvarez.
En el caso de Coll Areco, no se trata de un salto más, sino que el legislador buscará tomar el control de San Miguel, un distrito fuerte con el mando massista de Joaquín De la Torre. Con el senador, ahora Scioli encontró una figura de trayectoria en ese distrito, con el que busca levantar los números flacos que por el momento tracciona Carlos “Chino” Tapia, elegido hace un año por el gobernador para posicionarse en ese municipio de la primera sección electoral.
Mal en las urnas
Las elecciones primarias en las provincias de Salta, Mendoza y Santa Fe trajeron más malas que buenas noticias para Massa. Con algún triunfo de cierto calibre en la capital salteña, los restantes comicios fueron demasiado adversos para el diputado nacional, que no pudo consolidar una propuesta atractiva y relegó los primeros planos a Mauricio Macri, el radicalismo y hasta el kirchnerismo, que se esperanza con el conteo total de votos.
Esta performance hizo que dentro del massismo varios dirigentes de peso insistieran con la idea de plegarse a un frente opositor junto al PRO y la UCR, que ya conviven en un espacio común.
Sin embargo, las voces que se escuchan tras esta idea, que hasta postulan que Massa se baje de la disputa nacional para abocarse a la Provincia, por el momento no hacen mella en las intenciones del tigrense.
El lanzamiento
Como respuesta a esta situación, Massa se reunió con un grupo de intendentes que le responden, con el objetivo de ajustar una estrategia que evite más fugas, y aprovechó para ratificar su candidatura presidencial.
Para eso, prepara un acto en el estadio de Vélez para el 1 de mayo, en el cual dará un discurso basado en los ejes de seguridad, empleo y educación, y buscará dar un gesto de fuerza que apunte a nacional, luego de semanas y hechos que golpearon su estrategia presidencial.