22-12-2015

La cuestión gremial, el primer dolor de cabeza para Vidal

El piquete de los trabajadores de Cresta Roja y el pedido de los sindicatos de un bono, complicaron el fin de año de la Gobernadora.

vidal Mientras cierra un año que, a priori, en el balance le da positivo, la gobernadora María Eugenia Vidal ve cómo dos conflictos de origen gremial amenazan su tranquilidad de cara a los próximos días.

Uno es el de los trabajadores de Cresta Roja, quienes fueron desalojados de la autopista Richeri por la Gendarmería luego de cortar los accesos que van hacia el aeropuerto de Ezeiza por quinto día consecutivo.

El pedido de los trabajadores tenía que ver con la búsqueda de una respuesta a su situación laborar tras entrar en disputa con los propietarios de la firma Rasic Hermanos.

Las manifestaciones habían generado más de un dolor de cabeza a quienes necesitaban tomar sus vuelos y debían caminar kilómetros para llegar al aeropuerto, por lo que Vidal le había dado un ultimátum a la empresa que tuvo demasiado efecto.

Gendarmería le puso fin, en medio de disturbios, a la protesta de los trabajadores de Cresta Roja.

Gendarmería le puso fin, en medio de disturbios, a la protesta de los trabajadores de Cresta Roja.

Sin embargo, el presidente Mauricio Macri sí se hizo eco y, en medio de las movidas previas a presentar su “protocolo” para las protestas sociales, autorizó a la Gendarmería a que libere la autopista. Y no de la mejor forma: forcejeos, palazos y corridas dominaron la escena.

Otro de los dilemas que el sindicalismo le plantea a Vidal tiene que ver con el bono navideño: algunos gremios vienen desde hace días exigiendo este aporte a fin de año que el gobierno provincial, en medio de sus acciones para encauzar las finanzas bonaerenses, por el momento rechazó de plano.

“La Provincia no está en condiciones de afrontar un bono de fin de año”, había señalado la mandataria, quien planteó que la “prioridad era conservar cada una de las fuentes de trabajo y garantizar el pago de sueldos y aguinaldos, que no estaba garantizado”.

Sin embargo, los sindicatos no se quedaron quietos y, como en el caso de ATE volvieron a tensar la cuerda y le exigieron a Vidal “decisión política” para dar “un señal positiva a los trabajadores” y autorizar el bono.

De esta manera, la Gobernadora enfrenta horas tensas en un momento caliente del año, cuando la inminencia de las fiestas genera cortocircuitos contra la administración y cuando los fantasmas de los disturbios ganan fuerza.

Con las negociaciones con los docentes congeladas por el momento, Vidal se encuentra contrareloj buscando la forma de no dar argumentos para ningún tipo de estallido.