Luego de que el gobierno provincial anunciara una serie de modificaciones para aplicar en las escuelas primaras de la Provincia, desde todos los sectores salieron en masa a opinar sobre la medida que, entre varios puntos, modifica el sistema de aplazos y reestructura la forma en que retoman los alumnos que habían dejado la escolaridad.
El primero que puso el grito en el cielo fue el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, quien le pidió a Scioli que dé marcha atrás» con las nuevas modificaciones, y agregó que «pensar la educación desde esa lógica es hacerle daño a los chicos y a los docentes».
“En el país se requiere de un espíritu de superación, no decirle a los chicos que bajen los brazos, que da todo lo mismo», puntualizó el exintente de Tigre.
La respuesta desde el sciolismo la dio la propia directora General de Educación, quien aclaró que «no es cierto que los chicos de la primaria no van a ser aplazados. Los chicos para aprobar van a tener que llegar al 7 y el que no llegue va a desaprobar. Con este régimen no cambia la exigencia. La exigencia, en todo caso pasa por darle cada vez más valor al 7 y no por si la nota menor es 1 o 4».
“El debate debe pasar por darles cada vez más posibilidades a los chicos para que aprendan. Buscar las estrategias para que los chicos aprendan es buscar mejorar la calidad educativa», puntualizó la funcionaria provincial, quien a su vez expresó que «de ninguna manera se baja la exigencia. Bajar la exigencia sería que los chicos aprueben con 4 y eso no es así».
Ante este escenario, el Frente Renovador es quien se posicionó como el mayor opositor a este panorama. Por ejemplo, el diputado massista Mario Giacobbe, reclamó hoy que se deje sin efecto la resolución oficial, debido a que “la medida tiene como columna vertebral la baja en el nivel de exigencias a los estudiantes”.
“Estamos frente a un serio retroceso educativo a nivel nacional y en la Provincia de Buenos Aires en particular; y, sin dudas, esta nueva normativa viene a nivelar hacia abajo, generando un detrimento en los niveles de educación y capacitación. Lo que pretenden aparentar como un beneficio para los niños, jóvenes y adolescentes, es sin dudas una falacia que sólo logrará perjudicarlos e imposibilitar la igualdad de oportunidades y de conocimiento”, indicó el legislador.
Desde el PRO no se quedaron atrás y mostraron su discrepancia con la nueva política impulsada por la provincia. El encargado de marcar las diferencias fue el ministro de Educación de la Ciudad, Esteban Bullrich, quien planteó que «esto es una mala decisión de un dirigente que no se quiere hacer cargo de la mala educación; es como esconder la inflación pero mucho más grave».
«Los chicos llegan al secundario sin saber leer y sin saber matemática y por eso abandonan». Así es que «si le tocaba un 1, un 2, o un 3 y se lo estamos escondiendo eso es un fraude enorme», planteó.
En tanto, desde el radicalismo salieron a sostener que “la normativa que pretende implementarse apunta a enmascarar las estadísticas oficiales y no reflejar el verdadero rendimiento de los alumnos; sin poner en la balanza la excelencia en la formación del futuro de hombres y mujeres que serán los hacedores del país”.
Quien lo planteó fue la diputada Sandra París, quien también explicó que “han decidido llevar adelante una serie de cambios basados en el facilismo, pero de ninguna manera sustentados en la necesidad de fortalecer las grietas estructurales y de contenido que denota el sistema educativo vigente”.