La ida de Fábrega y la llegada de Vanoli sembraron interrogantes en el elenco ministerial. Kicillof y su carrera sin obstáculos.
Tras la tumultuosa salida del jefe del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, y su reemplazo por el titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Alejandro Vanoli, sobre el gabinete nacional ahora se posa un gran interrogante acerca de lo que sucederá luego de esta polémica movida.
La principal punta de análisis es qué pasará con la Jefatura de Gabinete. Desgastado tras su gestión de poco menos de un año al frente de la coordinación de los ministros, el gobernador chaqueño en uso de licencia, Jorge Capitanich, planea desde hace algún tiempo volver a su pago chico.
Esta situación no es nada fácil, porque deberá enfrentarse con el mandatario interino de esa provincia, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, quien no desaprovecha oportunidad para disparar contra Capitanich. El ejemplo más cercano es su denuncia acerca de que el Jefe de Gabinete utilizó el avión oficial chaqueño para ir a visitar a su novia.
Ante ese escenario, Capitanich había acelerado las acciones para emprender el operativo retorno, las cuales por el momento se vieron trabadas por el cimbronazo en el Banco Central.
Además de la búsqueda de un reemplazante para hacerse cargo de la Jefatura de Gabinete que quedaría vacante, la ida de Fábrega, luego de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzara advertencias públicas acerca que el Central “filtró información» a los bancos para «especular con una devaluación y desestabilizar la economía», suma interrogantes acerca de cómo se acomodará el resto del Gabinete.
En un contexto donde la salida del titular de la máxima entidad bancaria del país golpeó la Bolsa y la hizo retroceder un 8,2 por ciento, varios ministros se preguntan qué sucederá en el futuro inmediato con la conducción del país.
En ese sentido, la preocupación que dejan entrever tiene que ver con el imparable ascenso del ministro de Economía, Axel Kicillof, cada vez más cerca de la toma de decisiones. El Ministro es uno de los indicados de suceder a Capitanich y fue uno de los motores de la salida de Fábrega, con quien mostraba disidencias que eran conocidas por todos.
La atención, por lo tanto, se centra en los próximos movimientos, ya que lo que sucederá en los próximos días definirá la forma en que el gobierno encarará la recta final de su mandato.