El diputado nacional y el intendente de Berazategui podrían compartir una fórmula para ir por la Provincia, marcada por la necesidad de forjar una propuesta K fuerte en territorio bonaerense.
Patricio Mussi, el intendente de Berazategui e hijo del histórico jefe comunal de ese distrito, Juan José Mussi, fue posicionándose dentro del espacio que conforman los jóvenes K con gestión y de a poco fue ganando la simpatía de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Tal es así que este miembro del grupo “Los Oktubres”, un movimiento de intendentes “sub 40” que se mueve bajo el ala del ministro del Infraestructura, Julio de Vido, ha aparecido en varias oportunidades junto a la mandataria, una foto que muchos dirigentes de años quisieran tener y les es casi imposible.
Además, con su lanzamiento como uno de los candidatos a gobernador, fue sumando minutos de aire en los medios, donde mostró las mejoras que su gestión —la que es imposible separar de la de su padre— ha aplicado a un siempre postergado Berazategui.
Pero por el momento todo esto no parece ser suficiente para destacarse en la línea de largada de precandidatos K a la Provincia. Con una lista que crece semana a semana, la gran mayoría no logra llamar la atención del electorado que asegure al kirchnerismo ese territorio de vital importancia en las próximas elecciones.
Y esto fue un factor clave para que desde Balcarce 50 bajara la orden de que uno de los precandidatos presidenciales desista de esa pelea y se aboque de lleno a competir para suceder a Daniel Scioli: el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez.
Con mayor ruedo, Domínguez es un viejo conocido de la dirigencia peronista con años al frente de varios distritos de la segunda y la cuarta sección electoral, territorios donde el agro juega un papel fundamental y que el legislador ya conoce luego de su paso al frente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Sin embargo, su incidencia en los bastiones claves del Conurbano, la llave de toda elección, es débil, por lo que por estas horas comenzó a crecer la versión de que tanto Domínguez a la cabeza como Mussi como vice, serán las caras visibles de una de las boletas del Frente Para la Victoria en las próximas PASO.
Con la precandidatura del titular de la Anses, Diego Bossio, las de estos dos dirigentes son las apuestas centrales por las que se juega la Rosada en la Provincia. No solo la línea es clara, sino que los ataques que vienen desde arriba a la figura de Martín Insaurralde, quien luego de coqueteos con el Frente Renovador finalmente se decidió por no salirse del FPV para buscar su lugar tras la candidatura de Scioli, confirman la postura del grupo cercano a la presidencia.
Este análisis, además, se confirma con las palabras de los protagonistas. Durante un encuentro en Berazategui, el propio Domínguez aseguró que con Mussi “tenemos ideas tan parecidas de la Provincia que decidimos sumarlas», y agregó que “los dos tenemos experiencia y hemos caminado siempre la provincia. Hemos sido intendentes y llegamos a donde estamos hoy por el voto popular. Conocemos la realidad del vecino, que confía en la escuela como el lugar de crecimiento de sus hijos”.
“La Presidenta es quien lidera las transformaciones de la Argentina y los que jugamos en este equipo somos leales a los ideales del proyecto y a ella”, señaló el diputado.
En tanto, Mussi confirmó que «puede haber algo. Con Julián Domínguez pensamos parecido, tenemos historias similares, a pesar de la diferencia de edad. Competir sería desgastarnos o no ganar ninguno”.
«Julián es un tipo muy leal con un acercamiento con el Papa Francisco. Yo lo respeto muchísimo, nos conocemos mucho. Uno para un lado y otro para el otro, no le sumamos al proyecto», lanzó el intendente.