Tras los rumores que sostenían que el intendente de la ciudad del sur de la Provincia, Gustavo Bevilaqua, emigraría al massismo, el Gobernador apunta todos los cañones a no perder un bastión clave.
En un escenario en que las alianzas parecen romperse con suma facilidad, y con el ejemplo del diputado Martín Insaurralde con un pie adentro del Frente Renovador, desde el sciolismo saben que no pueden dejar de perder terreno en su armado de cara a las elecciones del año que viene.
El caso de Bahía Blanca es paradigmático, ya que su intendente, Gustavo Bevilaqua, es apuntado como uno de los posibles dirigentes que darían el salto. En ese sentido, la estrategia de contención dentro del sciolismo comenzó a hacerse visible luego de que Cristian Breitenstein, el ministro de Producción y extitular del ejecutivo bahiense, sostuviera que “no hay un divorcio” con el jefe comunal.
Es por eso que hoy Daniel Scioli, junto a sus principales referentes en el lugar, el propio Breitenstein y el titular de Arba y también bahiense, Iván Budassi, se hicieron presentes en esa ciudad con motivo de la puesta en marcha del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) el cual, según el gobernador, es una muestra de que “el Estado provincial está redoblando esfuerzos por más seguridad, equipamiento, e incorporación de policías”.
Desde que declaró la emergencia en seguridad para la Provincia, el mandatario cuenta con un as en la manga que le permite mostrar gestión sin enfrentar mayores críticas. Siguiendo esta línea, en la presentación de la nueva fuerza, el exmotonauta aprovechó para bajar línea sobre los beneficios que percibe Bahía Blanca.
En ese sentido, hizo referencia que la ciudad “es una prueba de la descentralización automática que hicimos a los municipios; estamos hablando de 360 millones por año, sumado a gran cantidad de obras”.
“Cuando vemos la evolución del año 2007 hasta ahora, hay más de 500 % superando por arriba cualquier índice inflacionario. Federalismo en la Provincia para que los municipios puedan tener cada vez más posibilidades de ir atendiendo las distintas demandas”, agregó Scioli.
Con Bevilaqua a su lado, Scioli trató de que esas declaraciones no pasen desapercibidas para el intendente local. Sin mucho margen de maniobra, el mandatario provincial intenta buscar que una de las ciudades más importantes de la Provincia no cambie de color político, como lo vienen haciendo varios distritos bonaerenses.