22-07-2013

Ya con la batalla de octubre en la mira de los cañones

Por Marisa Alvarez (*) – Columna del diario El Día de La Plata

Marisa Alvarez

A tres semanas de las elecciones en las que -se supone- las fuerzas electorales definirán en compulsa interna sus listas de candidatos, una creciente convicción de que esa instancia ya fue, comienza a imponerse en las estrategias y acciones de los principales contenedores. Con cierta dosis de agresividad para el tramo final de esta primera etapa, en los laboratorios electorales ya trabajan para la real y gran contienda en las urnas, la del 27 de octubre.

Encuestas hay, por estos días, para todos los gustos. Algunas dicen que, con el caudal en torno de los 32 a 35 puntos con que arrancó, Sergio Massa llegó a su techo para esta instancia y que Martín Insaurralde recuperó varios puntos de conocimiento y adhesión y se le acercó. Otros sondeos indican que Massa mantiene una distancia a su favor de entre siete y diez puntos.

PRONOSTICOS

Pero más allá de esas mediciones coyunturales, las proyecciones que reciben -y reconocen coincidentemente como “buenas”- en el Frente Renovador y en el oficialismo pronostican que ambos sectores podrían ubicarse en las primarias con un caudal superior algo superior a los 30 puntos y con una brecha que, aunque hasta ahora sigue siendo en favor de Massa, no resultaría en absoluto definitoria, más allá del “impacto psicológico” que siempre aportan las victorias y las derrotas.

Los pronósticos señalan, en suma, que tanto el kirchnerismo como el massismo podrían quedar ubicados con chances relativamente parejas, en una carrera con final abierto hacia la meta de octubre.

Lo cierto es que en esos dos campamentos la campaña ya no se define sólo en términos de la cita en las urnas convocada para dentro de tres semanas. Se empiezan a tomar decisiones estratégicas en términos de una campaña a la que le quedan todavía tres meses de duro batallar.

PENSANDO TAMBIEN EN EL 2015

Esos mismos pronósticos se evalúan en la Gobernación, donde la mira está puesta incluso bastante más allá de octubre: en el 2015. Al resto del mundo puede parecerle prematuro, pero los asesores y operadores políticos de Daniel Scioli -convertido en el alma mater de la campaña de Insaurralde y, más aún del kirchnerismo todo- se muestran ya convencidos -incluso con cierta euforia recuperada- de que la experiencia electoral de este año volverá a dejar a su jefe bien posicionado para disputar la carrera presidencial dentro de dos años.

Una derrota por poco margen del oficialismo que no alcanzaría para dejar al espacio fuera de juego definitivamente -pero tampoco para encarar una reforma constitucional que habilite la re-reelección de Cristina Kirchner-, y el rol de puntal en la cosecha de adhesiones que el Gobernador está jugando en estos comicios, son las estimaciones que ya realimentan cerca del mandatario provincial la expectativa de que Scioli pueda convertirse en el “heredero del proyecto”.

AUMENTO DE LA BELICOSIDAD

Con todo, aunque las proyecciones comentadas y las previsiones para el tramo hasta octubre explican la posición de adversarios que todavía están en la etapa de “medirse” asumida por el oficialismo y el massismo, y la consecuente cautela con que desarrollan acciones y discursos en esta etapa, en los últimos días los cruces cobraron intensidad y comenzaron a alcanzar cierta virulencia.

Sergio Berni, con su afirmación de que “en El Tigre viven los más grandes narcotraficantes del mundo”, fue el encargado de mostrar desde la Casa Rosada hasta dónde puede llegar la estrategia bélica del kirchnerismo. No pareció el arma más adecuada para el oficialismo, en la medida que refiere a una problemática que es responsabilidad del gobierno nacional -el narcotráfico es un delito federal, amén de que son organismos nacionales los que deberían detectar el ingreso al país de criminales de esa talla. Pero fue utilizada casi como “advertencia del tono que puede alcanzar la confrontación y generó réplicas de una dureza que hasta ahora no había estado dispuesto a utilizar el massismo.

De cualquier modo, este aumento de la agresividad sigue por ahora a cargo de las segundas líneas, aunque la Presidenta ya deslizó su primera crítica a Massa y éste empezó a subrayar las cuestiones que más preocupan a todos, como la inflación. Así que sólo encuestas de la semana previa a las primarias que sugieran que una arremetida podría definir resultados llevarían al kirchnerismo a modificar esa estrategia compartida.

Empieza a quedar planteado, sí, el poder de fuego que posee cada sector para la gran batalla.

LA OTRA PELEA

En ese contexto, sí mantienen un nivel alto de belicosidad, como desde el principio, los sectores que lideran Francisco De Narváez y Margarita Stolbizer, a los que los sondeos muestran hasta ahora en una pelea por el tercer puesto. Con los misiles colocados con la misma intensidad sobre el kirchnerismo y Massa, ambos espacios buscan instalarse como “la verdadera oposición. Y en esa búsqueda de adhesiones, sorprende y se torna casi inexplicable la estrategia interna del Frente Progresista, que está dejando afuera del verdadero espacio para dirimir, en todo caso, esas diferencias -justamente las primarias del 11 de agosto- a sectores clave del radicalismo en varias regiones de la Provincia, con la consecuente desmovilizaciones que generan las exclusiones.