27-10-2014

Viaje a la integración regional

Por Jorge Taiana (*) – Columna aparecida en el diario Página 12 del domingo 26 de octubre

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A cuatro años de la muerte de Néstor, uno de los mejores recuerdos que tengo con él es del viaje que hicimos a la selva colombiana en el marco de la misión internacional que se conformó para lograr la liberación de los retenidos que tenían las FARC. Encaramos juntos ese viaje con el claro objetivo de aportar a la pacificación de una realidad altamente compleja tratando de acercar a las partes a una negociación. Néstor estaba muy interesado en la complejidad política de Colombia y le entusiasmaba la posibilidad de poder ayudar a la liberación de personas que llevaban años en esa condición; además le resultaban sumamente valiosas las opiniones y visiones de los representantes de los distintos países que integraban la misión y del entonces presidente Uribe para llevar a buen término la liberación.

Cuando partimos para Colombia, el 26 de diciembre del 2007, hacía pocos días que Néstor había dejado la presidencia y creo que se sentía un poco aliviado después de cuatro años de una muy intensa gestión, que, como a él le gustaba decir, permitió que la Argentina saliera del infierno para llegar al Purgatorio. La verdad es que fue una experiencia maravillosa y a pesar del precario lugar donde nos alojábamos, del intenso calor y la humedad que él sufría como un verdadero pingüino, de los espías y agentes que nos seguían a sol y sombra y del doble juego de una organización que era parte de la misión internacional, se lo veía muy entusiasmado. Después de casi siete años de aquel viaje estoy seguro de que fue allí cuando Néstor sintió la importancia del rol que podría jugar en la consolidación del proceso de integración regional desde la Secretaría Ejecutiva de la Unasur, cuyo Tratado constitutivo estaba prácticamente consensuado entre los países miembro que lo firmaron pocos meses después.

Recuerdo también el viaje de retorno en el que volvíamos con un sentimiento ambiguo, porque si bien no habíamos logrado nuestro objetivo con la liberación de los rehenes, habíamos mostrado el interés de la región en que hubiera un proceso de negociación de paz en Colombia y todavía tengo presente cómo pasamos ese 31 de diciembre todos juntos en el Tango 01, lejos de nuestras familias en una noche tan especial, pero con la satisfacción de la tarea cumplida. Y cuando hoy veo que la negociación de paz entre las FARC y el gobierno de Colombia avanza, siento que en esa misión Néstor y todos los que lo acompañamos realizamos una contribución para que ese sueño de tantos se hiciera posible.

(*) Excanciller durante el mandato de Néstor Kirchner.