La decisión del exministro se dio luego de que la Cámara de Diputados votara a favor de quitarle privilegios. “Mándenle champagne a la doctora Carrió”, alcanzó a decir antes de entrar en los tribunales.
En lo que fue un desenlace anunciado, los reveses judiciales contra Julio De Vido terminaron, primero, con la decisión de la Cámara de Diputados de quitarle los fueros y, luego, con la entrega en los tribunales de Comodoro Py, donde el exministro kirchnerista quedó preso por la causa Río Turbio.
En primer lugar, la suerte de De Vido comenzó a sellarse tras la votación en la Cámara baja, donde 176 legisladores se pronunciaron a favor de quitarle los fueros, nadie votó en contra y sólo un legislador decidió abstenerse. El bloque K, en tanto, ni siquiera bajó al recinto.
Esta decisión provocó que automáticamente personal de Gendarmería se hiciera presente en el domicilio del diputado, con la intención de detenerlo, tal como lo había determinado la Justicia. Sin embargo, a pesar del despliegue, De Vido no estaba ahí, sino yendo a los tribunales de Comodoro Py para entregarse.
Por sus propios medios, y acompañado por su abogado, Maximiliano Rusconi, De Vido se presentó en el juzgado a cargo de Luis Rodríguez, quien tramita la causa por la presunta defraudación con fondos destinados al Yacimiento Carbonífero Río Turbio, desde donde había salido una orden de detención.
“Mándenle champagne a la doctora Carrió”, se limitó a decir el exministro al entrar al juzgado, y la respuesta no se hizo esperar. Desde su cuenta, la flamante senadora electa le respondió: “Que no me manden, porque no tomo alcohol”.
Que no me manden, porque no tomo alcohol. pic.twitter.com/TDPQEKRrIf
— Elisa Lilita Carrió (@elisacarrio) 25 de octubre de 2017