El kirchnerismo enfrenta pocas barreras para erigir al hijo de la ex presidenta. El intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, pone palos en la rueda. Alberto, en Nación a la sombra de CFK.
A regañadientes, pero obedientes y verticalistas, algunos caciques del Conurbano vuelven a resignar una buena dosis del poder que les impone su fortaleza territorial y aceptan con pocas o nulas condiciones que Máximo Kirchner se quede con la presidencia del PJ Bonaerense – en un año decisivo para el proyecto “K” de cara al 2023-, con la excusa de las elecciones de medio término.
La “dueña” de los votos volvió a imponer su voluntad en tándem con su primogénito y al menos en “on” los jefes comunales del Frente de Todos no hacen más que hablar maravillas del acuerdo que coloca a MK como conductor bonaerense, aunque en el “off” las opiniones no siempre se alinean en esa dirección.
ESTRATEGIA.- El jefe de la bancada oficialista de la Cámara de Diputados de la Nación, en ese escenario, mantiene en este tórrido enero la actividad que arrancó en diciembre. Sucesivamente se reúne con los intendentes de la Provincia del FdT, con la excusa de conocer cómo los trata la pandemia de COVID-19; recabar información sobre el operativo de vacunación y repasar la cuestión económica de cada distrito.
Esos encuentros, sumados a una elevación de su exposición pública, no son más que la antesala del próximo anuncio – seguramente en marzo-, del acuerdo que lo colocará al frente del PJ Bonaerense, mientras el presidente Alberto Fernández, sin tantas luces de neón, encabezará el peronismo nacional a la sombra de CFK.
Todo arrancó a fines del 2020, cuando el primogénito de Néstor y Cristina ocupó la cabecera de la mesa en un asado que compartió en José C. Paz con Alberto, el gobernador Axel Kicillof y el titular de la Cámara Baja, Sergio Massa.
En ese cónclave, que fue el que alertó a los jefes comunales que los estaban dejado afuera del reparto de la torta, se decidió buena parte de la estrategia que desembocará en los anuncios de Máximo conducción en la Provincia y Alberto en la Nación.
A esa primera foto le sucedió la visita que Máximo, Alberto y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, hicieron a Baradero, en donde compartieron un almuerzo en la sede de SMATA con intendentes y referentes del Norte de la Provincia (Segunda Sección electoral).
En esa cita estuvo el jefe comunal anfitrión, Esteban “Tito” Sanzio; Cecilio Salazar (San Pedro); Ricardo Alessandro (Salto); Ricardo Casi (Colón); Carlos Puglelli (San Andrés de Giles); y los intendentes provisorios Sergio Dinardi (Carmen de Areco) y Ariel Ríos (Zárate).
En la práctica, el desembarco en Escobar representó una nueva pincelada en la pintura de consolidar un frente interno sólido – siempre erosionado en “off” algunas voces disonantes de los barones del Conurbano-, bajo la perspectiva de que este 2021, con el rebrote de la pandemia como monstruo a combatir, plantea el desafío político estratégico para el horizonte K: sortear airosos el test electoral de octubre.
Hasta ahora, el único que asoma para dificultar el camino para que Máximo acceda a la cumbre del PJ provincial es el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, quien junto a su par del Merlo, Gustavo Menéndez, alternan la conducción del espacio desde 2017.
OPOSITORES EN OFF.- Aunque muy tímidamente por ahora, se sabe que Gray representa a un grupo de jefes comunales que no está dispuesto a “regalar” la estructura partidaria. Y es, en definitiva, el que se plantó ante Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), a quien se le atribuye la idea de “promocionar” al hijo de la ex presidenta.
En concreto, por estas horas el kirchnerismo mueve todas sus fichas para imponer la idea de adelantar los comicios internos del PJ Bonaerense, de diciembre a marzo, para igualar esa instancia con la renovación del mandato del peronismo nacional, y consagrar en simultáneo el tan mentado uno dos: Máximo a la Provincia y Alberto a la Nación.