25-11-2014

La legisladora Rachid y un subsidio discriminador

Los arqueros que hagan un gol de córner; los profesionales del golf que consigan dos hoyos en uno consecutivos; los jugadores de básquet que lleguen a marcar 50 puntos en un partido; los tenistas que metan 24 aces seguidos; los que se pintan el pelo de rojo, violeta, azul y usan ruleros; los hombres que lucen pollera al mejor estilo escocés, pero en Buenos Aires; las mujeres que calzan un traje con chaleco y bombín; los periodistas que no pelean por una primicia; y los albañiles que optan por las viviendas prefabricadas, podrían recibir un subsidio de $7.680, de prosperar el proyecto de ley que promueve la legisladora porteña del Frente para la Victoria, María Rachid.

La autora del controvertido proyecto, María Rachid.

La autora del controvertido proyecto, María Rachid.

Siempre y cuando no tengan otro ingreso mayor a los 22.400 pesos, todos los ciudadanos radicados en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que cumplan esos requisitos, podrán obtener el subsidio propuesto por la legisladora.

En definitiva, lo que propone Rachid es otorgar un beneficio a un segmento de la sociedad que se distingue por algo. Una suerte de discriminación positiva: te diferencio y te pago por eso.

Hasta aquí, si se quiere, una satirización del proyecto de ley de la creativa legisladora que, en rigor, promueve el pago de esos $7.680 por mes al colectivo trans porteño, mayor de 40 años.

«La población trans padece en nuestra sociedad historias de constante menoscabo de derechos de raigambre constitucional, que lleva a las personas a una verdadera ‘muerte civil’ sin el más básico respeto por sus derechos», indica en los fundamentos la iniciativa de Rachid.

Y precisa entre los derechos constitucionales vulnerados “a la igualdad y no discriminación; a la dignidad personal; al trabajo; a la seguridad física; a la seguridad social; a la privacidad; a la salud integral; a una adecuada calidad de vida; a la garantía de acceso a la educación y a una adecuada calidad de vida».

Es evidente que la legisladora busca la igualdad. Sería imposible no coincidir con los fundamentos de la iniciativa. Pero al impulsar un “remedio” económico para tratar una “dolencia” cultural, no hace más que discriminar aún más a la gente trans. Y las primeras reacciones de la opinión pública, ante el proyecto, apuntan en esa dirección.

Rachid - Telam

Después Rachid salió a desmentir la información: “Es una operación de prensa”, aseguró al portal de noticias alineado con el gobierno INFOnews. “La propuesta inicial estaba pensada en un subsidio de 2400 pesos”, aclaró y culpó al macrismo de la «inflación» que sufrió su proyecto. Pero se olvidó de frenar la información en la agencia oficial Telam, que desplegó en su web un pormenorizado detalle de la iniciativa.

¿Por qué el Estado tiene que afrontar ese subsidio, ya sea de $7.680 o $2.400? Si así lo hiciera, entonces, que los arqueros del córner; los golfistas del hoyo en uno; los basquebolistas goleadores; los tenistas que te dejan helado; los que se pintan el pelo; los hombres que usan pollera escocesa; las mujeres trajeadas; los periodistas sin exclusivas y los albañiles de casas prefabricas, también tienen derecho a cobrar ese beneficio. Por el simple hecho de ser distintos.