En el mejor de los casos los remedios truchos provocan fracasos terapéuticos, pero lo más grave es que pueden causar la muerte.
María Isabel Reinoso, presidenta del Colegio de Farmacéuticos, y Marcelo Honores, Secretario General de la Defensoría del Pueblo de la Provincia.
El consumo de medicamentos falsificados es un riesgo para la salud y es la farmacia el único establecimiento seguro para adquirirlos. Estos fueron los lineamentos centrales de la jornada sobre «Medicamentos falsificados», que se desarrolló hoy, de la que participó la Defensoría del Pueblo de la Provincia, conjuntamente con el Colegio de Farmacéuticos y el Consejo de Salud bonaerense.
En este caso de los medicamentos falsificados, el Estado debe velar por el suministro de medicamentos seguros. Es obligación brindar seguridad farmacéutica. Y si hay medicamentos falsificados, si hay consumo, es porque algo en los controles está fallando. Allí es donde debe intervenir la Defensoría, como garante de que se cumplan los derechos de los ciudadanos», expresó Marcelo Honores, Secretario General de la Defensoría del Pueblo.
Al respecto, María Isabel Reinoso, presidenta del Colegio de Farmacéuticos, agregó que «este tipo de medicamentos en el mejor de los casos pueden provocar fracasos terapéuticos, pero lo más grave es que hasta pueden provocar la muerte».
«La comunidad debe concurrir a la farmacia, y el farmacéutico debe ser la garantía de ese medicamento», puntualizó Domingo Collia, presidente del Consejo de Salud de la Provincia.
La jornada contó con una videoconferencia sobre el panorama mundial de medicamentos falsificados, y disertaciones que trataron los alcances del programa «Medicamentos falsificados» en la Provincia, la trazabilidad y sus medidas a nivel nacional y provincial.